PACEM IN TERRIS

PACEM IN TERRIS

“Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad”

Resultado de imagen para que es la pacem in terrisEs la última de las ocho encíclicas del papa Juan XXIII, publicada el 11 de abril de 1963,1 53 días antes del fallecimiento del pontífice, coincidiendo con la celebración del Jueves Santo. Con un subtitulo que reza: «Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad», era una especie de llamamiento del sumo pontífice a todos los seres humanos y todas las naciones para luchar juntos en la consecución de la paz en medio del clima hostil generado por la Guerra Fría.

Pacem in terris lleva un subtítulo que dice: «Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad», que describe los cuatro principios considerados fundamentales para alcanzar la paz: la verdad como fundamento, la justicia como regla, el amor como motor y la libertad como clima. Su estructura está compuesta por una «Introducción» y cinco secciones llamadas: «Ordenación de las relaciones civiles y matrimoniales», «Ordenación de las relaciones políticas», «Ordenación de las relaciones internacionales», «Ordenación de las relaciones mundiales» y «Normas para la acción temporal del cristiano».

En general hace énfasis en los derechos y deberes que deben observar los seres humanos y los estados, en las relaciones entre si y en las relaciones con otros seres humanos y otros estados, con la finalidad de conseguir la paz y el bien común; señala además que el ser humano debe tener paz interior para poder conseguir la paz social.

Entre otras cosas demanda la reivindicación del papel de la mujer al interior del hogar y en la sociedad y a respetar los derechos de los exiliados y las minorías étnicas.3 En el plano internacional, invita a las naciones a frenar la carrera armamentista y a prohibir las armas nucleares y puntualiza la responsabilidad de la Organización de las Naciones Unidas en la promoción de la buena relación entre los pueblos y la consecución de la paz, así como también la importancia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El rechazo incondicional de la carrera de armamentos y de la guerra en sí misma constituye una de las innovaciones más importantes de esta encíclica. Sostiene que en la era atómica resulta impensable que la guerra se pueda utilizar como instrumento de justicia. Esto, a su vez, implicó un fuerte cuestionamiento al concepto de guerra justa que, en el pensamiento del historiador José Orlandis, resultó virtualmente abolido por la encíclica.

La encíclica está completamente de acuerdo con las concepciones y los objetivos de las Naciones Unidas», el contexto en el que se realizaba la publicación de esta carta era lo más opuesto a las pretensiones de la misma, estábamos en lo que se denominó la Guerra Fría, hacía dos años que se había comenzado la erección del Muro de Berlín y hacía pocos meses de la crisis de los misiles de Cuba y frente a estas situaciones prebélicas, el Papa dice en su encíclica que los conflictos no se deben resolver con el recurso a las armas, poniendo énfasis en la importancia del respeto a los derechos humanos.

La encíclica, fue calificada como un texto moderno y comprometido que establecía y fijaba la ética cristiana en el presente y que sobre la base de la fe, interpelaba a los ciudadanos del mundo fueran o no fueran creyentes.

La Pacem in Terris identifica cuatro puntos clave para guiar a la humanidad en el camino de la paz, dividiéndose el texto en cuatro apartados:

  1.          Derechos y los deberes fundamentales del hombre, que tienen que constituir la base de la construcción de todo ordenamiento social.
  2.       Examinar los problemas que nacen de las relaciones entre los hombres y los poderes públicos en el ámbito de cada una de las comunidades políticas.
  3.  La tercera parte está dedicada a las relaciones entre las comunidades políticas.
  4.  Tiene por objeto trazar los presupuestos para la construcción de una comunidad internacional en la que las relaciones entre los pueblos deben de estar basadas en el diálogo y la negociación, y no en las relaciones de poder.


La encíclica Pacem in terris fue la carta blanca, la invitación, para que los fieles cristianos, hombres y mujeres, se dedicaran al trabajo concreto de la defensa y promoción de los derechos humanos en el continente.

José Isaías Yate Oyola

III de Filosofía

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