PACEM IN TERRIS
PACEM IN TERRIS
“Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse
en la verdad, la justicia, el amor y la libertad”
Pacem
in terris lleva un subtítulo que dice: «Sobre la paz entre todos los pueblos
que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad», que
describe los cuatro principios considerados fundamentales para alcanzar la paz:
la verdad como fundamento, la justicia como regla, el amor como motor y la
libertad como clima. Su estructura está compuesta por una «Introducción» y
cinco secciones llamadas: «Ordenación de las relaciones civiles y
matrimoniales», «Ordenación de las relaciones políticas», «Ordenación de las
relaciones internacionales», «Ordenación de las relaciones mundiales» y «Normas
para la acción temporal del cristiano».
En
general hace énfasis en los derechos y deberes que deben observar los seres
humanos y los estados, en las relaciones entre si y en las relaciones con otros
seres humanos y otros estados, con la finalidad de conseguir la paz y el bien
común; señala además que el ser humano debe tener paz interior para poder
conseguir la paz social.
Entre
otras cosas demanda la reivindicación del papel de la mujer al interior del
hogar y en la sociedad y a respetar los derechos de los exiliados y las
minorías étnicas.3 En el plano internacional, invita a las naciones a frenar la
carrera armamentista y a prohibir las armas nucleares y puntualiza la
responsabilidad de la Organización de las Naciones Unidas en la promoción de la
buena relación entre los pueblos y la consecución de la paz, así como también
la importancia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El
rechazo incondicional de la carrera de armamentos y de la guerra en sí misma
constituye una de las innovaciones más importantes de esta encíclica. Sostiene
que en la era atómica resulta impensable que la guerra se pueda utilizar como
instrumento de justicia. Esto, a su vez, implicó un fuerte cuestionamiento al
concepto de guerra justa que, en el pensamiento del historiador José Orlandis,
resultó virtualmente abolido por la encíclica.
La
encíclica está completamente de acuerdo con las concepciones y los objetivos de
las Naciones Unidas», el contexto en el que se realizaba la publicación de esta
carta era lo más opuesto a las pretensiones de la misma, estábamos en lo que se
denominó la Guerra Fría, hacía dos años que se había comenzado la erección del
Muro de Berlín y hacía pocos meses de la crisis de los misiles de Cuba y frente
a estas situaciones prebélicas, el Papa dice en su encíclica que los conflictos
no se deben resolver con el recurso a las armas, poniendo énfasis en la
importancia del respeto a los derechos humanos.
La
encíclica, fue calificada como un texto moderno y comprometido que establecía y
fijaba la ética cristiana en el presente y que sobre la base de la fe,
interpelaba a los ciudadanos del mundo fueran o no fueran creyentes.
La
Pacem in Terris identifica cuatro puntos clave para guiar a la humanidad en el
camino de la paz, dividiéndose el texto en cuatro apartados:
- Derechos y los deberes fundamentales del hombre, que tienen que constituir la base de la construcción de todo ordenamiento social.
- Examinar los problemas que nacen de las relaciones entre los hombres y los poderes públicos en el ámbito de cada una de las comunidades políticas.
- La tercera parte está dedicada a las relaciones entre las comunidades políticas.
- Tiene por objeto trazar los presupuestos para la construcción de una comunidad internacional en la que las relaciones entre los pueblos deben de estar basadas en el diálogo y la negociación, y no en las relaciones de poder.
La
encíclica Pacem in terris fue la carta blanca, la invitación, para que los
fieles cristianos, hombres y mujeres, se dedicaran al trabajo concreto de la
defensa y promoción de los derechos humanos en el continente.
José Isaías Yate Oyola
III de Filosofía
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