EL CRISTIANISMO Y DERECHOS HUMANOS
EL CRISTIANISMO Y DERECHOS HUMANOS
DERECHOS
HUMANOS
Durante
siglos se ha discutido mucho acerca de la naturaleza de los derechos: sus
categorías, su universalidad.
Se
ha venido desarrollando una noción moderna de derechos "humanos" casi
enteramente a partir del derecho internacional, uno de cuyos conceptos
centrales ha sido siempre el de "soberanía" precisamente porque su
principal preocupación fueron las relaciones entre los soberanos
Soberanía
significaba el total poder dentro del "dominio" del Príncipe es
decir, el territorio sobre el cual él gobernaba, y los individuos que le debían
fidelidad, originariamente llamados sus "súbditos" hoy
"ciudadanos" del Estado.
Los
conceptos de "derechos civiles" y "libertades civiles" que
empezaron a desarrollarse en el derecho local de Inglaterra en el siglo XVII,
que en consecuencia, se llevó a cabo una verdadera revolución en derecho
internacional: en una sola generación se desarrolló un código legal
completamente nuevo, enumerando y definiendo con mucho detalle determinados
"derechos humanos" y "libertades fundamentales" estos derechos
y libertades se consideraban inherentes" " las personas e
"inalienables", " por lo tanto no podían privarse, negarse o
suspenderse bajo ningún concepto.
Estos nuevos "derechos humanos"
y "libertades fundamentales" legales
fueron extraídos de diversas fuentes existentes. El primer grupo comprendía los
derechos "civiles y políticos" clásicos de no intervención del Estado
en la vida de los individuos, reivindicados como derechos y libertades morales.
El segundo grupo se componía de los
derechos "económicos" y "sociales" reivindicados entre
finales del siglo XIX y principios del XX, que requerían la intervención
positiva del Estado para corregir las injusticias manifiestas e inmerecidas que
sufrían los individuos y los grupos a los que pertenecían.
Actualmente
todos ellos han sido incorporados al derecho internacional en parte a través de
la costumbre, pero predominantemente por la entrada en vigor de tratados
suscritos libremente por los Estados soberanos que constituyen la comunidad
internacional, creando un orden legal internacional completamente nuevo, aún
frágil, pero cuyo potencial es enorme.
Es
indudable que los derechos humanos, e incluso el lenguaje en el que se
formulan, deben mucho a las aportaciones cristianas. Quizás la más importante
fue la noción de que las propias leyes podían ser juzgadas por un standard
perceptible superior a ellas.
Esta
era una idea muy subversiva, por cuanto pretendía limitar el derecho soberano
del Príncipe de hacer las leyes a su gusto; con esta doctrina, la justicia de
las leyes de un Príncipe podía servir como baremo de la legitimidad de su
gobierno, y en la medida en que esta legitimidad quedaba menguada, se confería
a las reivindicaciones de aquellos que pretendían derrocarle: "Dios no
creó a los súbditos para el beneficio del príncipe, para que cumplieran todas
sus órdenes en todo, fueran piadosas o no, justas o injustas, y para que lo
sirvieran como esclavos, sino que creó al Príncipe en beneficio de los
súbditos, sin los cuales no es ningún Príncipe"
DERECHOS
Y DEBERES
Para
los juristas laicos es axiomático que no puede haber un derecho sin su
correspondiente deber, creen que significa que el derecho y el deber han de
coexistir en la misma persona.
Los
deberes son entendidos, erróneamente, como obligaciones que las personas tienen
para la construcción del bien común, esta definición de deberes es tan vaga que
puede significar todo para todos, consecuentemente recibirá una aprobación
general porque no contradice a nadie y cada uno ve en ella lo que quiera ver.
Los derechos humanos están ligados y
surgen de la misma naturaleza humana, los deberes
y derechos se
entienden, erróneamente, como una contraparte mutua, a la que se le da un
sentido: teniendo el deber de contribuir al bienestar general, la persona puede
exigir a la comunidad que lo proteja y le dé sentido de pertenencia.
Esta relación
entre deberes y derechos parte de un concepto correcto: todo derecho de una
persona implica una clara obligación en los demás.
LOS DERECHOS HUMANOS EN LA IGLESIA
La Iglesia Católica Romana
aboga insistentemente por el respeto a los derechos humanos como parte central
de su misión pastoral, y al hacerlo se dirige a otras sociedades temporales.
La Iglesia es una entidad
imposible de definir o incluso de describir exhaustivamente. En uno de sus
aspectos se presenta a sí misma como una sociedad de hombres y mujeres
mortales, imperfectas y pecadores.
José Isaías Yate Oyola
III de Filosofía
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